Todos tenemos la misma cantidad cada día, y sólo algunos saben sacarle verdadero partido. El tiempo no se puede ganar, pero sí se puede perder. Lo que debemos aspirar es a emplearlo mejor para no sufrir el síndrome “No Tengo Tiempo”

Como principio fundamental tenemos que: no podemos gestionar el tiempo, lo único que podemos hacer es gestionarnos a nosotros mismos en relación al reloj. Es decir, organizarnos inteligentemente.

Para ello, es necesario comprender dos aspectos importantes:

1. El tiempo es el único bien real que tenemos.
2. El tiempo no es algo vago, general, es el ahora, es el presente, es el hoy.

Por lo tanto, “Quien gana tiempo, lo gana todo”. No hay que malgastar el tiempo. Una vez pasado, no se puede volver a tener; se va para siempre. El tiempo, usado con acierto, nos puede proporcionar no sólo dinero, sino, además, la realización de nuestros sueños y el logro de nuestros objetivos.

Si existe algo que debemos también apreciar en nuestro trabajo es el tiempo. Apreciarlo, por su importancia y porque su incorrecta gestión, puede influir negativamente en la toma de decisiones, en el trabajo realizado, en abordar nuevos asuntos y en definitiva, en la marcha global y exitosa del empleado y por ende de la empresa.

(Ley de Carlson: "Toda actividad interrumpida, es menos eficaz y consume mas tiempo que si se realiza de manera continua").

Por otra parte, la empresa por ser un “organismo vivo” depende del tiempo y todo lo maneja en función de éste: tiempo de organizar, tiempo de fabricar, tiempo de comprar, tiempo de vender...

Hay un aspecto particularmente grave de la mala administración del tiempo, y es creer que se paga por “X” trabajo; pero la realidad es que se paga por “X” tiempo, y se espera que en ese tiempo se obtengan resultados. Los salarios, que es lo que realmente se percibe, se otorgan al cumplimiento de determinadas jornadas de trabajo. A este pago hay que sumarle los beneficios laborales que posee el empleado (vacaciones, bonos, seguros, alimentación, etc.) que varían entre 1.5 a 3.0 veces el sueldo.

Adicional al pago del empleado, debe contabilizarse todos aquellos gastos en que incurre la empresa para que los empleados tengan un buen ambiente de trabajo y que se erogan trabaje o no el empleado (teléfono, electricidad, agua, alquiler oficina, Internet, aire acondicionado, estacionamiento, limpieza, vehiculo, etc.). Estos gastos están entre 300 y 500 dólares mensuales por empleado.

El tiempo de los empleados es tiempo de la empresa. Si este tiempo no está bien utilizado, la empresa está pagando un dinero que se va, una y otra vez, a la papelera. El tiempo mal usado es dinero mal gastado.

Para eliminar el Síndrome NTT, al igual que las horas de un día, se han determinado 24 “virus” que nos inducen a desperdiciar el tiempo, algunos son externos (impuestos) y otros internos (propios), a los cuales hay que atacar, siendo la mejor medicina el estar conscientes de que existen y crear hábitos para contrarrestarlos.

Desperdiciadores de tiempo externos

  • Teléfono
  • Visitantes / Interrupciones
  • Reuniones innecesarias
  • Supervisor desorganizado
  • Esperar por respuestas
  • Cambio continuo de prioridades
  • Información. (falta / exceso)
  • Indefinición del trabajo a realizarç
  • Trabajo excesivo
  • Fallas de comunicación
  • Políticas y procedimientos
  • Fallas frecuentes en los equipos


Desperdiciadores de tiempo internos

  • Falta de planes / prioridades
  • Objetivos no claros
  • Falta de autodisciplina
  • Falta de concentración
  • Intentar hacer muchas cosas a la vez
  • Falta de habilidad y conocimientos
  • Incapacidad para delegar
  • No saber escuchar
  • No tomar decisiones
  • Postergar frecuentemente las tareas
  • Excesiva socialización en el trabajo
  • Actitud negativa hacia el trabajo


Finalmente, seleccione aquellos virus que lo están afectando y comience el tratamiento. Por que:

“Aquel que prepara las cosas que tiene que hacer durante el día, y luego se atiene a ese plan, lleva consigo el hilo que le guiará a través del laberinto de una vida ocupada. Pero allí donde no se traza plan alguno, donde la disposición del tiempo se deja exclusivamente en manos del azar, no tarda en reinar el caos”. (Víctor Hugo)

… El ayer es un cheque sin fondos, el mañana es un pagaré, pero el hoy es el efectivo que debemos aprovechar.